Comunidades del Biobío se organizan para enfrentar el cambio climático con soluciones basadas en la naturaleza

Entre julio de 2022 y julio de 2024, la Red de Restauradores acompañó a organizaciones sociales, ambientales y educativas de seis comunas del Biobío en un proceso participativo para fortalecer capacidades locales de adaptación al cambio climático.-

En julio de 2024 dimos cierre al programa más amplio ejecutado por nuestra Fundación hasta la fecha: la Red de Restauradores, una iniciativa de alcance comunitario que se implementó en seis comunas de las provincias de Concepción y Biobío: Hualqui, Florida, Santa Juana, Nacimiento, Mulchén y Santa Bárbara.

Durante casi dos años, trabajamos con nueve agrupaciones locales, entre ellas dos escuelas, dos juntas de vecinos rurales, dos organizaciones de apicultores, dos colectivos ambientales urbanos y una red de propagadores de flora nativa.

Con todas ellas llevamos adelante un proceso de fortalecimiento organizacional centrado en el diseño y ejecución de proyectos de adaptación al cambio climático desde un enfoque de soluciones basadas en la naturaleza.

Participación activa para detectar oportunidades locales

Las actividades se desarrollaron mediante metodologías participativas como mapeos comunitarios, mateadas, jornadas de reflexión e intercambios de experiencias.

Estos espacios permitieron la identificación colectiva de necesidades territoriales y la construcción de rutas de acción frente a los efectos del cambio climático, desde una mirada situada y respetuosa con el entorno.

El enfoque territorial fue clave para activar capacidades comunitarias, fomentar el diálogo interorganizacional y promover la toma de decisiones conjunta, en un proceso que consolidó redes locales comprometidas con la restauración ecológica y la resiliencia climática.

Infraestructura verde y educación ambiental en acción

Con una inversión de más de $60 millones, el proyecto permitió la implementación de diversas infraestructuras ecológicas y educativas: tres aulas al aire libre, cinco espacios demostrativos, cuatro sistemas de captación de aguas lluvias, tres invernaderos y cuatro viveros comunitarios.

Además, en la comuna de Mulchén, se diseñó e instaló un sendero interpretativo en la ribera del río Bureo, acompañado por un stand itinerante de educación ambiental, con el objetivo de reconectar a las personas con la naturaleza y promover la valoración del territorio.

Formación ambiental para la infancia rural

Otro componente clave del proyecto fue la formación de niños y niñas como agentes de cambio. Junto a ocho establecimientos educacionales rurales, se desarrolló un programa extraprogramático de 18 sesiones, centrado en temáticas como territorio, flora y fauna nativa, biodiversidad, cambio climático y resiliencia.

Esta iniciativa formó a 246 estudiantes en una comprensión más profunda de sus ecosistemas locales y del rol que pueden asumir en su protección.

Resultados que siembran futuro

Durante el desarrollo de la Red de Restauradores, se realizaron 213 actividades comunitarias, 216 sesiones educativas y se logró alcanzar a 2.324 personas.

Además, se plantaron 2.315 árboles y arbustos nativos, contribuyendo a la restauración ecológica, a la recuperación de saberes comunitarios y a la construcción de un tejido social más preparado para enfrentar los desafíos del cambio climático.

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